De qué tratan las terapias sexuales

Terapia sexual

Las terapias sexuales son un tema complicado para algunas parejas, puesto que supone abrir la vida intima de dos personas a un tercero. Sin embargo, es una eficaz ayuda que puede permitir a quien lo necesite disfrutar de una plena vida sexual.

Para poder perder el miedo ante esta situación, lo primero será poner luces para aclarar algunos temas. Uno de ellos es comprender que quien trata la temática sexual, son sexólogos, psicólogos, médicos y en algunos casos trabajadores sociales, debidamente formados y especializados en la sexualidad. Por lo tanto son profesionales que saben del tema y además, entienden cómo se debe tratar.

Está encaminado a todas las orientaciones sexuales, sin excepción. Y pueden acudir a una terapia sexual ya sea de forma individual o en pareja. Aunque si el conflicto que manifiesta incluye a novio, marido, esposa, etc. será necesario que ambos estén de acuerdo en acceder a terapia, para así, comenzar un tratamiento adecuado.

Esta intervención se realiza dentro de un espacio íntimo, confidencial y especializado, donde se abren las puertas a los pacientes para que puedan tomar de forma voluntaria terapia sexual, por lo que si se desea abandonar en cualquier momento, se es libre de hacerlo. Claro que se recomienda manifestar el malestar propio de las sesiones con el profesional a cargo.

Terapia de pareja

Los terapeutas buscarán siempre hacer sentir cómodas a ambas partes, brindando un ambiente serio, acogedor y de confianza. Para poder comprender la raíz del problema, explorará en la historia ya sea de la pareja o personal, hasta encontrar el foco. Frecuentemente se envían tareas para casa, puesto que es en el hogar donde se deben poner en prácticas ciertos consejos. El enfoque siempre es educativo, ya sea en temas sobre técnicas sexuales, relacionales, comunicacionales, entre otros.

De las consultas se obtiene el poder darse cuenta de lo que sucede, poder comprender el por qué y poner en práctica ejercicios para hallar la solución y llevar una vida sexualmente satisfactoria.

Se puede acudir cuando existen malestares ya sea en lo psicológico, físico o en la interacción. Ejemplos de temas a tratar son disfunción eréctil, eyaculación precoz, dudas sobre orientación sexual, preocupación por no sentir o alcanzar el deseo sexual, dolor en el coito, problemas para tener orgasmos, entre otros.